Las características y capacidades que tiene que tener un traductor a la hora de afrontar un proyecto de traducción en Internet han evolucionado. Cada vez con más velocidad y eficiencia, los distintos buscadores de Internet presentan cambios que afectan a los resultados que nos ofrecen cada vez que realizamos una búsqueda. Estos cambios son de vital importancia para las páginas web en general y para las comerciales en particular, puesto que el posicionamiento que tienen dentro de cada buscador ( Google, Yahoo, Bing, etc…) les puede suponer un aumento de ventas.
El objetivo que debe tener un traductor cuando se sienta frente a la traducción de una página web, es encontrar el equilibrio entre el texto original, (el visible para los usuarios) y el “texto meta” ( el que tienen en cuenta los buscadores). Sin descuidar los aspectos lingüísticos, gramaticales, literarios y culturales a la hora de afrontar la traducción, no sólo es importante tener en cuenta el idioma al que se traduce sino el país en el que se quiere ubicar la página web.
Para que todo empiece a tener sentido lo primero será traducir las palabras clave que están en el idioma original, teniendo en cuenta los términos específicos para ese sector en el nuevo idioma y los hábitos de búsqueda de los usuarios. Para realizar este con rapidez existe una herramienta de Google que nos puede ayudar a saber el número de búsquedas que tiene cada palabra clave en cada país. Una vez tengamos ésta información tendremos que ser conscientes de que debemos usar los términos que mejores resultados nos ofrezcan, aunque debamos adaptar el texto original para que tenga sentido y una mejor comprensión, evitando las traducciones literales, de esta forma estaremos ofreciendo un servicio de traducción de calidad y estaremos ayudando a que la página web de nuestro cliente sea más competitiva en su nuevo idioma.
Por último, tendremos que tener en cuenta la densidad y la frecuencia de las palabras clave. La densidad se refiere al uso de las palabras clave en lugares de especial relevancia en una página web, como por ejemplo pueden ser lo títulos. Aunque hay que tener cuidado a la hora de repetir con demasiada frecuencia las palabras clave, ya que podemos conseguir el efecto contrario. Un texto SEO, debe ser lo más natural y original posible, tener sentido, (los buscadores son inteligentes y son capaces de interpretar de forma semántica lo que leen) y tener un ratio razonable entre el volumen total de texto y las palabras clave de nuestro sector. Una referencia básica puede ser, una palabra clave en cada párrafo de un mínimo de cinco líneas.
Con todo esto, es cada vez más frecuente encontrar traductores que en su curriculum incluyen sus conocimientos sobre SEO y clientes que nos preguntan por profesionales que tengan en cuenta todos estos aspectos.