Existen infinidad de cosas que debemos agradecer a los avances tecnológicos, en la mayoría de los casos nos facilitan la vida. Una de las tareas que antes de existir una solución tecnológica resultaba bastante compleja es la traducción de textos escritos. El mundo de la traducción ha cambiado mucho, tanto para los profesionales como para los clientes.
La accesibilidad que nos facilita Internet a información en cualquier idioma y de cualquier parte del mundo, ha agudizado nuestra necesidad de traducir todo tipo de textos. Especialmente para las empresas, supone una ventana abierta para comunicarse con un mundo abierto, multicultural y en continuo cambio.
Las herramientas de traducción automática que podemos encontrar nos pueden ayudar y sacar de más de un apuro, sin embargo es muy importante saber como utilizarlas y para que fines, ya que a pesar de que cada vez son más inteligentes, todavía están muy limitadas con respecto a lo que podemos conseguir con los servicios de un traductor profesional, capaz de ir más allá del simple intercambio de unas palabras por otras.
Que podemos esperar de un software de traducción automática.
El funcionamiento de una herramienta de traducción automática es bastante simple, escribimos en un recuadro el texto que queremos traducir, elegimos el par de idiomas y el sistema es capaz de mostrarnos con más o menos exactitud el texto en otro idioma. En muchos casos y sobretodo dependiendo de los pares de idiomas que hayamos elegido podemos encontrar buenos resultados, sin embargo hay casos en los que la combinación de idiomas es más compleja y los resultados son bastante deprimentes. Otro aspecto que influye mucho en la calidad de los resultados es la complejidad gramatical del texto, por lo general son capaces de traducir con mucho acierto expresiones y frases cortas de entre tres y cinco palabras. Si nos aventuramos a probar con textos más elaborados o frases largas, podemos observar como muchas de las traducciones pierden el sentido que tenían en el idioma original.
Aspectos positivos.
– Son fáciles de usar, muy intuitivas y ofrecen resultados muy rápidos.
– Para tener una idea general de lo que quiere decir el texto o para traducir palabras o pequeñas frases son muy útiles.
– La gran mayoría de traductores automáticos son gratuitos.
– Algunos son capaces de pronunciar palabras, muy útil si tenemos que dar un discurso en otro idioma y no lo tenemos claro.
Aspectos negativos.
– No tiene en cuenta aspectos culturales o de contexto general, no es capaz de identificar las jergas específicas.
– Realiza traducciones literales, en traducciones de textos largos es difícil que tengan coherencia.
– No reconoce dialectos que puedan haber en diferentes zonas geográficas, ni expresiones.
– Cuando se trata de una traducción técnica en un área concreta, como por ejemplo, medicina, traducciones juradas, etc, por lo general, no son capaces de interpretarlo.
En definitiva, podemos aprovechar éstas herramientas de traducción siempre que tengamos en cuenta hasta donde llegan. Debemos evitar usarlas para comunicaciones profesionales o para la traducción de documentos oficiales, ya que puede llevarnos a malentendidos o a dar una mala imagen, poco profesional. En ningún caso podremos sustituir la labor de un traductor profesional por un software de traducción automática, al menos de momento.
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