El coste de una traducción web

 

Traducir una página web no consiste únicamente en leer la página y empezar a traducir al idioma que se quiera de forma literal. Me explico: cuando alguien contrata una traducción web lo que quiere es que se le adapte el contenido de lo que trata la página a la lengua del país en el que está interesado. En términos generales, el fin que se persigue con ella es internacionalizarse, abrirse un hueco en el mercado internacional. Para ello, es necesario realizar todo un proceso de investigación que empieza por analizar el mercado al que se va a dirigir la web. 

Así, habrá que tener en cuenta cuáles son las características socio demográficas y culturales del país al que se va a enfocar. Hay que considerar que para que la web encaje en el mercado al que estamos pensando encaminarla, esta debe adaptarse a las exigencias de un público posiblemente diferente al del país en el que tenemos nuestra web asentada. No hay que olvidar que antes de traducir la web debemos conocer en profundidad a nuestro público para poder ofrecerle un servicio adaptado exclusivamente a él, a lo que él busca y valora.

De nada nos sirve una página traducida si a los usuarios que la visitan no les transmite nada. Por ello, además de una web bien traducida y adaptada a las necesidades culturales de cada país de destino, es preciso que la web contenga elementos creativos, decorativos, que llamen la atención de los usuarios.

Todos estos son elementos que los traductores deben indagar al realizar la traducción de una web y que los clientes que la solicitan no suelen ver. Es por ello que muchas veces a quienes las contratan les parece elevado el coste de una traducción web. Pero, ahora que sabes el trabajo que hay detrás del telón (y lo que falta), ¿consideras justo el precio que se paga por ella?

Nota: en nuestra web podrás comprobar de forma automática y gratuita cuánto saldría traducir tu página. Aunque el precio es orientativo, siempre puede servir de ayuda.