Uno de los mayores retos para cualquier empresa es la internacionalización. Las ventajas de expandir un negocio a nuevos mercados son muy importantes como para no intentarlo.
Según algunos estudios realizados, casi el 35% de los directivos de empresas consideran que la principal dificultad a la hora de internacionalizar una empresa es establecer una nueva oficina en otro país. Otro de los problemas que destacan como relevantes a la hora de tomar la decisión es la selección del personal, ya que el 65% cree que es difícil realizar la selección de personal en otro país.
Con las posibilidades que nos dan las nuevas tecnologías y principalmente Internet, internacionalizar una empresa cada vez tiene menos dificultad. Gracias al crecimiento del e-commerce en todo el mundo, cada vez es más fácil vender a través de una página web fuera de nuestro ámbito geográfico. Sin embargo, existe un aspecto fundamental para poder conectar con un nuevo mercado, la comunicación. Tener una página web traducida a varios idiomas es una forma sencilla y económica de abrir tu negocio a nuevos mercados.
La traducción web depende de una serie de elementos técnicos cada vez más accesibles y menos costosos. La mínima posibilidad de vender tus servicios y productos en nuevos mercados justifica la inversión en la traducción de una página web. No es necesario ser una gran empresa o disponer de grandes recursos para poder ser competitivos en otros mercado. Internet nos da la posibilidad de conseguir presencia global y sondear nuevos nichos donde podemos ser líderes en nuestro sector.
No obstante, a parte de la traducción web que nos va a permitir comunicarnos con nuevos clientes, internacionalizar una empresa requiere tener previstas otra serie de herramientas como son la distribución o el servicio post venta. Para todas estas dificultades ya existen soluciones tecnológicas que podemos ofrecer a través de una página web creada y pensada para vender.