¿Cuál es el precio real de una traducción? ¿Estamos pagando lo que realmente vale?
Seguramente si le preguntáramos a un traductor profesional nos diría que una traducción bien hecha no tiene valor, y que la forma tradicional de cuantificar cuánto vale su trabajo sería el resultado de multiplicar el número de palabras que hay que traducir por el precio por palabra.
El precio por palabra es un valor donde el traductor expresa, entre otros muchos factores, su calidad, rapidez, experiencia y conocimientos, pero que al final se ve obligado a fijar o modificar en función de la demanda y competencia del mercado.
Como clientes, cuando necesitamos traducir un documento, web, base de datos, o simplemente un email, podemos caer en el error de ir a la opción más barata y no mirar aspectos tan importantes como por ejemplo si la persona que nos está traduciendo nuestro documento es nativo en el idioma al que queremos traducir.
Un traductor nativo implica que cualquier expresión del texto original será traducida a la expresión correspondiente de la lengua meta (a la que se traduce), lo que dotaría al documento del significado deseado
Por lo tanto, el precio de una traducción va ligado directamente a la persona que nos la haga, a sus conocimientos, calidad, rapidez, dominio del lenguaje, a la complejidad del documento, a la cantidad de palabras que hay que traducir y al idioma destino.
A veces es mejor pagar un poco más y obtener una traducción de calidad a pagar menos y no saber si el documento traducido corresponde o expresa lo que tenemos en el documento original.
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