Internacionalizarse es la solución
El otro día leí un artículo en el que se hablaba del deseo de las pymes de salir al exterior. Su titular ya hablaba incluso de cifras: “el 57% de las pymes busca salir al exterior a corto plazo”. Y entonces pensé que este sería un momento perfecto para hablaros de la importancia de la exportación para las empresas, así como de las ventajas que esto ofrece, sobretodo de cara a una crisis económica en España que parece no tener fin para muchos.
De entrada, ya el hecho de que haya un porcentaje tan elevado de pequeñas y medianas empresas que hayan decidido apostar por la internacionalización de sus negocios brinda al resto de comercios una seguridad y una confianza plenos. Esta cifra es traducida por las que aún no se han lanzado a la exportación de sus productos (o a la internacionalización) si no como la garantía de éxito sí al menos como una posibilidad más para comprometer su futuro y darse a conocer.
Precisamente, estas dos son algunas de las ventajas que presenta el comercio exterior. Además de estas, hay otras muchas:
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La primera de todas es el aumento de la facturación empresarial. Todos los negocios, al expandirse, lo que quieren es incrementar sus beneficios e ingresos.
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Es posible además que en el mercado al que desean exportar sus productos, estos no existan, por lo que podría ser una buena idea de negocio para cubrir las necesidades del país al que se dirigen.
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Al exportar sus productos o al internacionalizarse, las empresas se hacen más competitivas, a la vez que tienen mayores oportunidades para resistir posibles consecuencias derivadas de situaciones económicas adversas.
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Otra de las grandes ventajas es que el riesgo se diversifica al tener mayores posibilidades de venta. Los clientes no son siempre los mismos y los comercios no dependen tanto de la economía interna de un país ni de las crisis económicas que puedan perjudicar la demanda de productos.
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Las empresas que se internacionalizan o que exportan sus productos se consideran mucho más prestigiosas que aquellas otras que no lo hacen, lo que otorga beneficios para la imagen de la compañía.
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Es posible que lo que en España ya no se demande en otro país siga teniendo cabida, por lo que se podría alargar la existencia del producto o servicio durante más tiempo.
Como se habrá podido comprobar, en tiempos de crisis, el comercio exterior es una gran apuesta que sin duda alguna está logrando ganar adeptos. Si todos lo hacen, ¿por qué tú no?
